sábado, 21 de marzo de 2009

Maria Villa (a) “La chikita” de Rafael Sagredo



Una obra que dentro del estudio de las mentalidades lograra hacer un estudio sobre las perspectivas acerca dela sexualidad del siglo XIX en la sociedad mexicana, a partir de una investigación sobre una prostituta quien se convirtiera en un personaje publico después de haber cometido el crimen que la volvería “famosa”.


¿Que se rescata de esta publicación?


*El sentido literario que maneja el autor hará posible una lectura fluida sobre el tema sin darse cuenta que el fin ultimo de dicho texto es el de un estudio a partir de la escuela de los Annales.


*El gran desarrollo de varios conceptos que abarcan la sexualidad así como las formas de percepción social, refiriéndome a los distintos “fetiches” y mitos que abracan a esta; que al final de cuentas resumirá en una panorámica antropológica respecto al símbolo y las practicas que de estos se derivan.


En fin todo lo que quiero decir es que es muy recomendable para aquel público interesado en: las mentalidades del siglo XIX, la sexualidad, la vida de las prostitutas (de la época), la cultura social del momento o para los lectores morbosos.


Lo difícil aquí es encontrarlo el libro tiene aproximadamente 13 años de ser publicado, si lo encuentras cómpralo.


He aquí unos pequeños extractos:


Todos la conocían como “La Chiquita”. Fue el apodo que, en algún momento no precisado, alguien le dio y con el cual, de forma inesperada y repentina –un día de marzo de 1897- saltó a la fama.


“La chiquita” era un alias, como el que todas las de su condición alguna vez recibían y por el cual se le reconocería en el mundo del que formaba parte. Su nombre, que en algún momento desapareció y cayó en desuso, como si su ingreso en el “bajo mundo” la inhabilitara para mantener algo que solo las personas decentes podían utilizar, era María, María Villa.


Como no existe un estudio de la personalidad del “seductor” mexicano, una vez más recurriremos a la literatura. La visión que de él nos presenta algunas obras es la de hombres irresponsables y vividores. “Dulces en el mirar y fáciles en el reír”, rápidos de palabra y promesas, una de cuyas diversiones es la conquista, la búsqueda de jóvenes a quienes seducir, engañar y luego abandonar… (te suena ¬¬)


Así como conquistaban abandonaban. De tal manera que no parece inverosímil pensar que efectivamente el contacto sexual entre la querida y su amante no tenia la intensidad y frecuencia que la sociedad suponía. Lo anterior resulta muy significativo pues seria indicativo de que no solo las inclinaciones sexuales, “una naturaleza desviada”, lo que induce a las mujeres a “perderse”, sino también, pero de forma destacada, la necesidad de encontrar una manera de sobrevivir en una sociedad que las sigue marginando.