jueves, 15 de julio de 2010

El hombre sin sueños y la chica del parque


Él jamás pensó que las cosas sucederían así y de ese modo, a veces solo tienes que relajarte y mirar lo que te depara la vida.

Ulysses tenía un problema desde hace mucho tiempo, él no podía dormir, había pasado por varios remedios caseros, drogas, consultas con extravagantes personalidades pero no encontraba la cura. Simplemente no podía dormir. Después de preguntar a varias personas le recomendaron a un distinguido doctor que era especialista en el tema, pero tendría que viajar muy lejos de su casa y del país para poder encontrarlo.

Tomo todo el dinero que pudo y salió en su búsqueda. Él distinguido doctor le hizo miles de exámenes diferentes y le dijo que no sabia con exactitud cual era el problema, pero que había una solución muy riesgosa en la cual podría perder la vida. Ulysses lo pensó un poco y regreso a casa devastado por las malas noticias, de cualquier manera sabía que moriría. Nadie ha vivido tanto sin poder dormir, era un milagro que él hubiera llegado hasta ese día.

Antes de llegar a casa se sentó en una banca de un pequeño parque pintoresco, en aquel cuadro vivaz y lleno de risas Ulysses no tenía lugar, quería volver a soñar y descansar. Sin darse cuenta una joven mujer se acerco a él, ella lo miraba con insistencia pero no logro tener su atención hasta que pregunto por su estado de ánimo.

-¿te encuentras bien?, te vi desde que llegaste, pareces muy preocupado, triste y ausente. Puedo ayudarte en algo, a veces solo tienes que hablar con alguien.-

Ulysses movió el rostro y la observo detenidamente, ella no era la mujer más hermosa de todas pero tenia algo en su mirada que inspiraba confianza y calidez. Él platico por horas y horas, le hablo de su infancia, de su último divorcio, del trabajo que había perdido, de lo duro que era no poder dormir y ella solo escucho.

Ese día mientras hablaban caminaron por muchas calles, tomaron varias tazas de café y al terminar el día fueron a su casa. Ulysses ya no tenia visitas desde que iniciaron sus problemas, nadie lo quería ver por su comportamiento irritante, por lo que su casa era un desastre pero a la joven fue algo que no le importo. Limpiaron y cenaron juntos. Ulysses no dejo dejaba de hablar, quería sacarlo todo, como si en todo este tiempo estuviera guardado para que una joven del parque lo escuchara todo.

A media noche se quedo sin palabras, no había mas historias, nada más que contar.

-he terminado, te lo he contado todo, ¿Qué me dices, crees que soy raro?-

-No, solo eres especial-

Durante las próximas horas se besaron, abrazaron y perdieron en sus cuerpos. Ulysses se sentía muy cómodo y realmente comprendido. Tenía tanto miedo de que fuera una ilusión por toda aquella paz que sentía al estar con ella que una vez que la abrazó no la soltó por ningún motivo.

Antes de que saliera el sol sus ojos se cerraron y durmió abrazado de la chica del parque. Él jamás pensó que las cosas sucederían así y de ese modo, a veces solo tienes que relajarte y mirar lo que te depara la vida… Ulysses no volvió a despertar.

sábado, 10 de julio de 2010

Annik



Entre mundos paralelos,

un te quiero suena diferente.


Porque se que la odias y la amas…

lárgate, búscala!


La canción nunca habló de los dos,

le divierte, te consume,

y yo no dejo de buscar poesía natural.


Porque se que la amas y la odias…

lárgate, llámala!


Lo derriba, se dejo morir,

nunca existió, solo murió.


Esa guitarra y tus palabras… ya no más.

Lárgate!, encuéntrala, encuéntrate.




“…love will tear us a part again”.