-¿Oiga, tiene besos de dulce?
-No, usted disculpe, de esos ya no tengo. Son muy solicitados pero hace mucho que se terminaron.
-Hoy tenía muchas ganas de unos.
-Si, dicen que tienen un sabor muy intenso.
-Claro, los mejor que he probado hasta hoy. Y, tiene como los de ese niño?
-Huy no, de esos se terminaron mucho antes que los de dulce, ya tiene un buen rato que no los producen.
-Aun los recuerdo, esos tenían una delicadeza muy especial. Y de los que tienen nicotina?
-Si, de esos si tengo. Pero no se los puedo dar, esos ya están apartados.
-No me puede dar solo uno?, se lo pago!
-Lo siento. Además están cargados de efectos secundarios, y créame no son tan buenos como usted piensa.
-Oh!, creo que sabía algo de eso pero trataba de ignorar esos pequeños detalles. Tiene de los que guarda en el frasco gris?
-Si, y muchos.
-Quiero una docena de esos.
-Pero, porque le gustan esos? La verdad, no tienen algo realmente especial, es por eso que los tengo escondidos.
-La verdad no estoy muy segura, pero me gustaría saborearlos.
-Si no esta segura es mejor pedir de otros, unos que te den más confianza. Los de ese frasco gris suelen ser engañosos, a veces tienen un sabor ligero, otros muy picosos y otros muy amargos.
-Bien, tiene de los de chocolate?
-Si, de esos también tengo, pero le advierto que me han traído muchas quejas sobre ellos.
-Ah si!
-Si, lo que pasa es que al fabricante se le ocurrió ponerle una capa de tutti frutti, y al principio tienen un sabor muy delicado pero luego todo se arruina por esa ligera capa. En serio quiere probarlos.
-No lo sé, usted que me recomienda?
-Yo le diría lo que a todas… mejor venga otro día, por un día sin besos no pasara nada. Es mejor esperar a llevarse malas sorpresas.