domingo, 8 de agosto de 2010

Lucid Dreams


Él joven vestido de rojo había caminado muchas veces estás calles, era parte de su rutina atravesarlas a diario, sólo que ésta vez había algo distinto; los edificios no encajaban en su concepto de realidad, eran difusos, sus formas eran alargadas e incluso algunos parecían romper los esquemas de todo lo qué el conocía. Aún así siguió caminando, contemplando este extraño nuevo mundo inquieto y normal a la vez, cómo si de alguna extraña forma también perteneciera a esta realidad, cuando vio algo al final de la calle que doblaba la esquina y se alejaba.


Camino deprisa para poder observar con detenimiento, el joven de rojo se detuvo al final de la calle y se vio en un mar de automóviles, todos inertes ante una eterna luz roja del semáforo, y vio como una chica de cabello corto y vestido azul se desplazaba con delicadeza, como si flotara, nadie la veía, nadie le presto atención.


Algo lo impelo a seguirla, y pronto se dio cuenta que ella también llevaba en sus manos una baraja roja de cartas. El siguió haciendo florituras con la baraja azul que llevaba en sus manos. Se acerco a ella mientras caminaba a través de siluetas humanas que parecían moverse a gran velocidad, cómo cuando se filma un día entero en la ciudad y es mostrado en unos segundos en un clip de video.


Todo se volvió opaco en un instante, no había más color sino en las barajas de aquellos dos jóvenes, brillaban en medio de la penumbra de los enormes edificios y las fantasmagorías sobras de las personas que pasaban a su lado. Hablaron por primera vez, pero fue como si ya se conocieran, una charla tranquila, como la de unos viejos amigos...



*Agradecimientos especiales a Marco Alejandro :D*

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