martes, 17 de mayo de 2011

Querido diario...

Una tarde, hace tres años.



No puedo verte, no puedo olerte, no puedo sentirte, no puedo escucharte…te extraño.

Pero aun así se que tu estas ahí, sea como sea, se que estas ahí… porque el viento que sopla me dice tu nombre, porque la brisa que baña mi cuerpo me hace sentir viva justo como tu lo hacías, porque todos los días el sol brilla para mi porque se que tu te tomas la molestia y lo iluminas para mí, porque se que al cerrar los ojos la luna dibujara en mis sueños esa sonrisa que dejabas soltar cuando te hacia reír…

Quien dijo que te fuiste si te escucho en cada canción y me abrazan aquellos que en algún momento te abrazaron, si veo lo que tu alguna vez viste, si recuerdo aquellos momentos que tuvimos juntos… quien dijo que estoy sola, si se que a donde quiera que valla tu estas ahí y siempre me protegerás.

Si este es el caso creo entonces que no te puedo extrañar porque siempre tu estas con migo. Eres como Franz Ferdinand, como Estephani, como la carrera de historia, como un helado de galleta, como un árbol y su forma singular, como un chisguete de agua, como mi almohada, como mi amigo, como mi concejo, como mi alivio, como mi resurrección, como mi distracción, como mi sonrisa… nunca pensé que pudieras ser tanto que lastima que me di cuenta tarde.

Ahora ya no solo te llamas Hugo te llamas Miguel, Karla, Here, Fany, Isabel, Rafael, Antonio, Roy, Alejandra, Gerardo, Charly, Alicia, Genaro y un sin fin de nombres mas, porque todos ellos están conmigo y me apoyan así como lo hiciste tu… incondicionalmente.

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